sábado, 24 de octubre de 2009

Los perros guía reivindican sus derechos "laborales" en una marcha por Madrid

Los perros guía de invidentes han protagonizado hoy un recorrido por varias calles de Madrid para mostrar los obstáculos con los que cada día se encuentran en su "trabajo", principalmente en el acceso a algunos transportes y establecimientos.

La marcha ha sido organizada por la Asociación de Usuarios y Amigos del Perro Guía, con la colaboración de la Fundación ONCE, con motivo del Día del Bastón Blanco, para difundir y reivindicar los derechos de estos animales y destacar la importante labor que desempeñan los perros guía con las personas ciegas.

"Los principales problemas de acceso se producen en los pequeños comercios", explica Patricia Gómez, educadora voluntaria de un perro guía, porque sus propietarios desconocen que la ley establece que se debe permitir entrar a los perros que acompañan a una persona ciega.

Los perros nacen en la Fundación ONCE y allí permanecen, junto a sus madres, hasta los dos meses, donde reciben sus primeros entrenamientos, además de familiarizarlos con ruidos y elementos de la vida cotidiana.

Luego, pasan a vivir con las familias del educador voluntario, que lleva al perro en sus desplazamientos por lugares públicos, como el autobús o el tren, y a las actividades cotidianas, como ir a la compra o la universidad.

Después de un año, vuelven a la escuela, donde se imparte a los perros una formación de 20 meses, antes de designarle el usuario más adecuado.
Actualmente hay 900 perros guía en activo -más de 200 en Madrid-, señala la directora de la Escuela de Perros Guía, Gemma León, quien aclara que para que te adjudiquen este compañero hay que cumplir varios requisitos, como el de tener buena movilidad y orientación y estar afiliado a la ONCE.

"El perro te sirve de ojos, pero no de cerebro, porque el animal evita un obstáculo, pero el invidente debe saber adónde ir, por ello es importante que tenga buena movilidad con el bastón", indica Gemma Léon, que recuerda que no todas las personas quieren un perro guía porque necesita dedicación y cuidados.

El animal es gratuito, incluido el adiestramiento y el curso de adaptación, pero cuando se entrega a una persona discapacitada, ésta debe asumir los gastos de alimentación y veterinario, entre otros.
La presidenta de la Asociación de Usuarios y Amigos del Perro Guía, Rosario Cabrera, ha reclamado a las administraciones públicas "que piensen en los ciegos y que eliminen barreras y obstáculos, como papeleras o zanjas", y a los ciudadanos que respeten sus derechos, como el de poder subirse a un taxi con su perro, o entrar en un restaurante.

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