Una pareja alemana descubre una vasija en El Teide depositada por los guanches hace unos 500 años

Una vasija depositada hace casi 500 años por algún guanche en uno de los caminos del Teide (Tenerife) -- Los Hornitos de las Cañadas-- ha sido recuperada por una pareja alemana, que paseando por el lugar la encontró, siendo 'rescatada' posteriormente por los arqueólogos tinerfeños. Ahora, los visitantes del Museo de la Naturaleza y el Hombre de Santa Cruz pueden verla a la entrada.

El hallazgo, presentado hoy a los medios -- la pareja Schaumann encontró el 25 de abril la pieza--, tiene su relevancia no sólo por la época en la que se ha datado, sino por la actuación realizada por los descubridores y los protocolos seguidos por las administraciones, según explicaron hoy en rueda de prensa el presidente del Organismo Autónomo de Museos y Centros del Cabildo de Tenerife (OAMC); el comandante y Jefe de Operaciones de la Guardia Civil, Manuel Toucer, la técnico del Parque Nacional del Teide, Lucía Casado, y el director del Museo Arqueológico de Tenerife, Rafael González Antón.

"No tocaron nada, sino que siguieron el protocolo y llamaron al Centro de Interpretación del Teide para decir dónde estaban y se marcharon", así lo señaló García Talavera. Por su parte González Antón informó de que posiblemente se ha producido "un lapsus" entre el momento en el que el guanche deposito la vastia y el "rescate" del Museo Arqueológico.
El arqueólogo insistió en que Las Cañadas del Teide son "el reservorio guanche más importante de la isla". El 90% de lo que se encuentra en los museos de Tenerife es de este punto. En esta misma línea la técnico del Parque Nacional del Teide apuntó que en la zona se han catalogado "más de un millar de piezas arqueológicas halladas en la zona".
En cuanto a las razones que condicionaron la presencia de esta vasija en el punto más alto de la isla, González Antón insistió en dos razones que no se contraponen entre sí. "La vida pastoril obliga a dejar de un años para el siguiente las vasijas para no volver a subirlo o que los guanches creían que en el volcán estaba el dios del mal, Guayota, y para aplacarlo se llevaban ofrendas hasta el lugar", explicó el director del Museo Arqueológico.