Al grito de "Tenerife" surgió, con una hora y cuarto de retraso, la artista sobre el escenario para hacer honor a su fama y coronarse definitivamente como la "nueva" reina del R&B.
Sonriente durante todo el espectáculo y nunca lejos de unas teclas, Keys consiguió ganarse la complicidad del público con muestras de cariño constante y más de un agradecimiento por el apoyo recibido y su presencia en la cita musical, aunque se echó de menos alguna palabra en español.
Ataviada con los exclusivos diseños de Giorgio Armani, la cantante neoyorquina ofreció un repertorio, durante más de hora y media, en el que sonaron temas tan conocidos como "Falling".
Pero mención aparte merece el coro que acompañó a Alicia Keys sobre el escenario, donde dos voces femeninas y una masculina se ganaron el favor del público durante todo el concierto con solos de gran calidad.
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