sábado, 7 de noviembre de 2009

Empató el tenerife

El partido era importante para los dos equipos y todo hacía presagiar que sería de mucho nervio. El Málaga CF fue anunciando, en los minutos iniciales, que no venía a verlas venir y supo aprovechar las dudas que dejaron, en una inédita defensa, los locales. Primero Edinho y luego Duda se probaron, pero sin suerte.

Pero despertaron los de Oltra, pasados esos momentos iniciales, y materializaron dos goles, primero con Omar, que se marchó por la izquierda de todos los que le salían al paso y dejó para que Román, que entrenando desde atrás la empujó a la red. Luego Nino, en un contragolpe, dispara muy duro, rechaza Munúa, recoge Kome y deja para que Alfaro la remachara.


Aunque la alegría duró poco, pues en un contragolpe malagueño, el remate duro de Benachour lo rechazó Aragoneses. La pasividad defensiva la aprovechó Edinho para empujarla sobre puerta. Surgieron las dudas. Se había cambiando la dinámica del choque. El marcador era ajustado.

Cobró vida el equipo de Muñiz y se rozó el empate, en un cabezazo de Obinna, que desvió Sergio y rechazó el larguero. De ahí hasta el descanso, el CD Tenerife espabiló para no dejarse sorprender de nuevo, mientras que el Málaga CF desesperó para buscar el empate.

Tras el intermedio salió, de nuevo, más enchufado el Málaga CF, que necesitaba creer en sus posibilidades. Duda volvió a dejar mucha inseguridad en la defensa local. También el debutante en Primera, Javi López, que hizo intervenir a Sergio Aragoneses. El encuentro que se había puesto espeso, trabado y donde se esperaba una genialidad individual para cambiar la dinámica.
Alfaro lo intentó desde la frontal, pero paró Munúa. Por el Málaga CF estuvo a punto de poner el empate: desde la frontal, Duda, mandó el balón fuera, ajustado al larguero. Se había vuelto a animar el encuentro.

Y en esto llegó el empate, en los pies del canterano Javi López, de disparó flojo y cruzado. Fue un balón que sorprende a todos. El CD Tenerife despertó al necesitado Málaga CF, que se repuso de sus penurias y acertó a cuajar un par de intentonas.
Nino pudo resolver el problema, pero su rosca se marchó ajustada al poste de Munúa. Ya no hubo tiempo para más.

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