domingo, 11 de abril de 2010

Pedro sentenció el clásico en Madrid


El Barcelona prolongó su hegemonía con una exhibición de Xavi y Leo Messi, para vencer por primera vez en la historia en dos ocasiones seguidas en el Santiago Bernabéu (0-2), recuperar el liderato y acariciar el título gracias a un modelo de juego ante el fútbol a impulsos que sentencia a Manuel Pellegrini.
El partido del año dejaba duelos individuales atractivos en cada demarcación. Por encima de todos el de los mejores jugadores del mundo. Leo Messi contra Cristiano Ronaldo. La magia del argentino contra la ansiedad del portugués. La paciencia por encontrar su momento y encontrar el premio, ante la búsqueda desesperada de méritos para arrebatar protagonismo.
La presión mató al fútbol de inicio. Nació el partido con cambio en el liderato. El empate inicial devolvía al Barcelona al trono liguero. Incómodo sobre el césped, su cara se desfiguró por momentos. Hasta el punto de ver a Xavi Hernández mandar un pase a la grada. O a Piqué lanzar balonazos arriba ante la falta de construcción. El Real Madrid conseguía el objetivo de incomodar a su rival, pero mostró sus carencias cuando debía generar fútbol. Emuló Pep Guardiola a Johan Cruyff. Inventó algo nuevo en el Santiago Bernabéu. Tras pasar al centro a Messi en el histórico 2-6 de la pasada campaña, en esta ocasión la sorpresa llegó con Dani Álves. El brasileño abandonó el lateral para jugar como tercer atacante, de extremo derecho. Recordando a Roberto Carlos, cuando a un jugador de largo recorrido le quitan la capacidad de sorpresa. Siempre con el aliento de Arbeloa en su nuca.
La suplencia de Andrés Iniesta restaba jugones en el centro del campo azulgrana. Xavi, escoltado por Busquets y Keita, esperaba su momento. La mejor forma de evitar el sufrimiento para el Real Madrid era tener el balón, pero cuando lo tenía estaba incómodo. Sin ideas. Pendientes de la pelea contra el mundo de Cristiano. Acelerado. Sin medir sus ganas de demostrar que es el mejor.
Convertido el duelo de grandes jugadores en una lucha sin tregua. Sin brillo y mucha pelea. Los errores en la salida de balón marcaban el paso de los minutos. Aparecía la polémica que siempre acompaña a un clásico con los penaltys que pidieron Messi y Cristiano. Con la petición de Xavi de la expulsión de Xabi Alonso, que pudo ver la segunda amarilla por una mano en la barrera en el lanzamiento de una falta. Mejuto enfadó a Xavi y Messi. Rápido se tomaron venganza.
Un intento de Álves, a balón parado, a las nubes (min. 16). Otro de Xabi Alonso desviado (min. 22) era el único balance ofensivo de los dos equipos. Las defensas se imponían a los ataques. Las malas lecturas del ataque blanco marcaban el partido. El contragolpe comenzaba a ser su mejor arma. El riesgo era grande. El balón ya era del Barcelona.
Una acción de brillantez derribó el muro de la igualdad. El físico que se imponía en el duelo acabó cuando conectó Messi con Xavi, dibujaron una pared de primera con balón picado a la espalda de la defensa madridista, que mató con el pecho Messi, para batir a Casillas.
El golpe tambaleó al Real Madrid. Comenzaron las dudas en la grada. Y se trasladaron al campo. Y ya en la segunda parte, Pedro sentenció el encuentro. Ahí se acabó el partido.

1 comentario:

natalia dijo...

Hola,
me pase por ahi ,tu blog es entretenido a mi no me gusta el futbol pero veo que estas trbajando mucho en tener todo al dia,gracias por tus visitas a mi blog.
Un saludo